El Estado Mayor de la Defensa trabaja en la potenciación y el desarrollo de tres capacidades que, según el Jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante general Fernando García Sánchez, serán necesarias ante los retos de Seguridad y Defensa del siglo XXI: la inteligencia, la ciberdefensa y los equipos de fuerzas especiales, que deben disponer de armas selectivas que actúen con precisión para no causar daños colaterales ni bajas propias. Las Fuerzas Armadas del futuro, ha dicho, se enfrentarán a situaciones complejas, en las que igual se pueden enfrentar a misiles que a piratas, y en las que deben actuar de manera "quirúrgica", con un "nivel de huella bajo".
García Sánchez ha anunciado, en un desayuno informativo organizado Executive Forum España, que el Mando Conjunto de Ciberdefensa, creado el pasado mes de febrero, adquirirá su capacidad operativa inicial (IOC, por sus siglas en inglés) en verano; mientras que el Núcleo Coordinador de Operaciones Especiales, que es el germen del futuro Mando Conjunto de Operaciones Especiales que dependerá del EMAD, ya la ha obtenido.
El JEMAD ha recordado que, a finales del año pasado, se crearon los mandos de Vigilancia Aérea y Marítima, dos mandos con los que Defensa ha iniciado una transformación con la que pretende sentar, junto a los de Ciberdefensa y el de Operaciones Especiales, las bases de la estructura operativa del futuro. El centro de esta estructura será, según el JEMAD, una Fuerza Conjunta Operativa "versátil, resiliente y con capacidad "expedicionaria".
El secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, ha destacado, en la presentación de la ponencia del JEMAD, su brillante curriculum, del que ha subrayado que su experiencia en el Centro de Evaluación y Apoyo a la Calificación para el Combate le otorga "una visión de las necesidades operativas". Argüelles, que ha resaltado la "exquisita educación" del JEMAD, con el que "da gusto trabajar", ha insistido en que las circunstancias económicas obligan a que el binomio entre la Secretaría de Estado y el Estado Mayor de la Defensa sea "más fuerte que nunca".
Para el JEMAD, el rasgo principal del marco estratégico actual es "la incertidumbre", que requiere un planeamiento que recoja, como una capacidad esencial, el "reaccionar a tiempo". Por ello, es necesario potenciar la inteligencia y los sistemas de mando y control para conseguir "velocidad del mando", ya que la posibilidad de tomar decisiones en el menor tiempo posible "da ventaja" a un ejército sobre otro. "Hace falta actuar de forma decisiva, rápida y efectiva".
García Sánchez ha enumerado algunos de los riesgos actuales, que se encuentran en el arco Irán-Mauritania, donde confluye la posibilidad de un Irán nuclear con la expansión del yihadismo y las ideas antioccidentales; en la zona del Golfo de Guinea, un vasto espacio en el que se mueven con impunidad bandas de crimen organizado; y la zona del Asia Pacífico, donde hay varios puntos conflictivos en Corea del Norte o China. Además, ha señalado otros riesgos como los biológicos y el cambio climático, que puede provocar la rotura de glaciares en el Océano Ártico y acelerar el enfrentamiento por controlar el tráfico marítimo en la zona.
Estas amenazas hacen, según el JEMAD, "que los países tengan que preocuparse por mantener su seguridad", que "sólo se echa en falta" cuando se pierde. Si no, "se piensa que es como el aire", ha dicho el JEMAD, utilizando una fórmula que suele emplear también el ministro de Defensa, Pedro Morenés. "Es necesario no bajar la guardia y mantener las capacidades de defensa" -ha insistido- para mantener valores sociales "en un futuro que no está tan lejos como nos pensamos".
El papel que las Fuerzas Armadas jugarán ante estos riesgos será diferente al que han tenido hasta ahora. Según el JEMAD, estas amenazas requieren de interoperatibilidad, no sólo entre ejércitos de otros países sino con diferentes actores, por lo que las Fuerzas Armadas deben ser capaces de convertirse en nexo de unión entre todos ellos. Los capitanes -ha explicado, poniendo la misión de Afganistán como ejemplo- "no sólo tienen que defenderse y atacar cuando la insurgencia toma las armas, sino que también acuden a shuras (reuniones con líderes) y planean acciones de colaboración cívico militar" para que sea evidente que la seguridad mejora el desarrollo "y es necesaria para el progreso". "Son las nuevas guerras del siglo XXI", ha subrayado.
El JEMAD ha señalado, como ha hecho en otras ocasiones, que le gustaría disponer de un planeamiento presupuestario a largo plazo para definir las capacidades necesarias. Sin embargo, ha señalado que no es tan importante el porcentaje del PIB que se invierte en Defensa -que la OTAN sitúa en torno al 2%- sino la manera en la que se ejecuta ese presupuesto, que debe hacerse "de forma eficiente". Eso sí, ha advertido que un presupuesto por debajo del 2% del PIB permite mantener los compromisos en las misiones en el exterior pero impide que las unidades que no participan en ellas tengan un nivel de alistamiento adecuado, por lo que será necesario un gasto y un tiempo extra cuando se las necesite.
"Podemos perder casi todo pero no los valores y el estilo militar", ha reconocido el JEMAD, que ha destacado que los valores de "jerarquía, unidad y disciplina" son los que sustentan a las Fuerzas Armadas.