El piloto sería el propio Franco; el navegante, el capitán de Artillería Julio Ruiz de Alda -titulado como Observador militar- y como mecánico, el preferido de Franco, Pablo Rada. También colaboraron en las fases iniciales el comandante Enrique Herrera (promotor del vuelo en dirigible) y Mariano Barberán, capitán de Ingenieros. EL Dornier Wal El hidroavión elegido fue el Dornier Wal que entonces estaba de dotación, uno de cuyos ejemplares (en nº 12) sería mejorado para la ocasión. Se le montarían unos más potentes motores Napier Lion de 450 CV (dos, montados en una barquilla sobre el ala, con una hélice tractora y la otra impulsora), se le reforzaría la célula, se le aumentaría la capacidad de combustible hasta los 4000 litros y se le montarían los últimos avances tecnológicos. Sería el primer aparato que volaría con transmisiones por radio (con una antena desplegable colgante de 100 metros) y navegación por radiogoniometría (que sintonizaba estaciones situadas entre 500 y 900 kilómetros de distancia). La construcción de los Wal se llevaba a cabo en Italia a causa de las restricciones que tenía la industria militar alemana tras la I Guerra Mundial. Hubo de realizarse grandes esfuerzos para poder superar algunas 'trabas' que favorecían otro vuelo parecido, pretendido en estas mismas fechas por un piloto italiano, a impulsos de Mussolini. La matrícula del Wal de Franco era M - MWAL, cuyas letras significaban: la primera, España, la segunda "aparato militar", la tercera "modelo Wal, de Dornier" y las dos últimas, identificativas del 12º aparato dentro de la serie AA, AB, etc. El hidroavión Plus Ultra en Argentina El General Primo de Rivera, presidente del Directorio, dispuso que el vuelo fuera apoyado por el destructor Alsedo y el crucero Blas de Lezo, que navegarían de modo que pudieran prestar los apoyos necesarios; además, autorizó la inclusión del Teniente de Navío Juan M. Durán -piloto de la Aeronáutica Naval y conocido de Franco cuando lo de Alhucemas- en la tripulación, si bien, para cargar más combustible para la etapa más larga, debería dejar el hidro y hacerla en uno de los buques. Etapas del vuelo del Plus Ultra A fin de establecer una conexión con los viajes de Colón, el hidro fue bautizado como Plus Ultra y se decidió salir de Palos, en lugar de Cádiz. Por otra parte, se decidió prolongar el vuelo regresando por la costa pacífica sudamericana, Cuba, EE.UU., las Azores y España como final. Tras las últimas comprobaciones que dieron resultados satisfactorios, al amanecer del 22 de enero de 1926, y acompañados los tripulantes de una multitud entusiasta y el hidro de numerosas embarcaciones, el aparato despegó rumbo a su primera etapa. Las etapas acabaron en Las Palmas, Porto Praia, Isla de Noronha, Pernambuco, Rio de Janeiro, Montevideo y, finalmente, el 10 de febrero, Buenos Aires. En estas dos últimas capitales, los recibimientos fueron, simplemente, apoteósicos, y los agasajos, constantes hasta el hartazgo. Se habían volado con total éxito y precisión 10270 kilómetros en total, a una media de sólo 172 km/h (olvídense las actuales velocidades de los aviones). En una de las etapas, Franco, para no acabarla de noche, decidió amerizar y continuar navegando con el impulso de las hélices. El entusiasmo popular Desde el mismo momento en que fue conocido el proyecto por el público, su entusiasmo fue creciendo vertiginosamente gracias a una prensa que daba cuenta al minuto de las peripecias que iban aconteciendo y a las pizarras que pusieron en la calle el Real Aero Club de España y la Compañía Nacional de Telegrafía Sin Hilos, en las que se informaba continuamente al público viandante. Al conocerse la llegada exitosa a Buenos Aires, en la plaza de Colón de Madrid se produjo una explosión de entusiasmo popular que duró varias horas. Para entender su magnitud es preciso que nos olvidemos de las actuales facilidades para viajar en avión. Entonces, en 1926, lo que había conseguido el vuelo del Plus Ultra fue una verdadera proeza. Las técnicas constructivas, los aparatos de comunicación y navegación, el conocimiento de la meteorología, etc. estaban progresando rápidamente, pero aún en estados incipientes; eran frecuentes los accidentes de aviones por causas mecánicas o aeronáuticas; y los errores de navegación no eran raros. Y, sin embargo, Franco y su equipo, con pasión y profesionalidad, lograron con este vuelo una verdadera hazaña reconocida entonces por todos sin discusión. El General Gomá dijo posteriormente:
Fin del vuelo De modo inesperado, Franco -en esos días ascendido por méritos de guerra a Comandante- recibió la orden del Gobierno de Madrid de entregar el Plus Ultra a Argentina, con lo que se daba por concluido el vuelo en Buenos Aires. El Plus Ultra en el Río de la Plata, Buenos Aires, Argentina A su llegada, los recibimientos y homenajes fueron indescriptibles, llenos de pasión y orgullo español. El Rey Alfonso XIII otorgó a Franco, Ruiz de Alda y Durán la Medalla Aérea -equivalente a la Medalla Militar y a la Medalla Naval- y la Llave de Gentilhombre. A ellos y al mecánico Rada se les concedió la Medalla Plus Ultra, especialmente creada para premiar esta proeza.
Foto de portada: El Plus Ultra en el puerto de Palos de la Frontera, antes de iniciar el vuelo, enero de 1926/ ©wiki.org/ anónimo
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