Mi verdadera historia de Caracas

Hay un refrán, sabiduría popular, que dice:" Dime con quien andas y te diré quién eres." Ya adelanto que me refiero a los terroristas de ETA y al servicio bolivariano de inteligencia nacional del gobierno de Hugo Chaves.

El día 11 de Mayo estaba alojado en el hotel, del gobierno bolivariano, ALBA (Alianza Bolivariana para America Latina) VENETUR (Venezuela Turismo) en CARACAS  y sobre las 9 de la mañana, fui a desayunar al restaurante INCONTRO del complejo hotelero. Allí había un par de individuos, uno de entre 45 y 55 años y otro más joven. Fui a servirme agua y entonces me miró y me resultó ser una cara "conocida" y su aspecto y vestimenta "montañera" no parecían venezolanos. Estaban a mis espaldas y, después, el más viejo se levantó para ir a una zona, que podían ser los servicios, pero salió enseguida, volvió frente a mí y después se fueron.

Por mi parte terminé de desayunar y me fui a preparar la maleta. Bajé a la recepción para despedirme y sacar el billete del autobús. En recepción, mientras hacía tiempo para coger el autobús, era fotografiado por los etarras y la foto publicada en una de sus webs.  A las 12 me subía también en un autobús de una compañía bolivariana gubernamental de transportes, SITSA, para que me llevara al aeropuerto. Estando allí ya sentado, y a punto de salir, subió por la puerta de atrás el individuo viejo del desayuno y, tocándome por detrás el hombro, me dijo: "¡general! tiene suerte que estamos en tregua". Se bajó y desapareció y, después, cuando se cerraron las puertas, reapareció y comentó desde la acera,  en amistosa conversación  con la mujer venezolana que recogía los tickets, quién era yo, señalando hacia mí abiertamente. En menos de tres horas estaba identificado si es que no lo estaba desde mi llegada.

Antes de arrancar, se sentó detrás de mí y a la izquierda otro individuo diferente que llevaba el brazo en cabestrillo y una bolsa de mano. ¿.?  Mandé entonces un mensaje de lo ocurrido a casa. Después de un recorrido de aproximadamente media hora, y de pasar por la terminal nacional, llegamos al aeropuerto internacional sobre las 13 horas y nos bajamos.

Me dirigí a la zona de Iberia donde había una importante cola y nada mas llegar me abordó un joven que me musitó algo que le hice repetir y le pedí que se identificara por su tarjeta colgada al cuello que estaba vuelta. Resultó ser O. R. de la Inteligencia bolivariana, SEBIN, que me estaba esperando, me pidió el pasaporte y me preguntó por mi profesión, le dije que jubilado y me repreguntó de qué y le dije que militar. Entonces me pidió que le siguiera para una inspección sin quererme dar más explicaciones. Al llegar a una puerta tocó un timbre y allí ya nos estaban esperando en tres despachos. Entraron en escena cuatro individuos más que no se identificaron y que me deshicieron las maletas sacando todos mis papeles y elementos electrónicos incluido el teléfono que me ordenaron abrir copiando archivos de todos.

 Durante las dos horas que estuve en sus manos contestando a sus preguntas, mientras violaban mis pertenencias, les dije que me extrañaba tanto registro y que lo relacionaba con los terroristas que me habían abordado en el autobús. El jefe me quiso contestar que "también lo de terrorista lo podrían decir de mi" a lo que contesté que era evidente que no.

El jefe recibía instrucciones por teléfono para que mirara posibles fotos en mi teléfono "contestando que ya lo había hecho y no había nada" lo que confirma  que estaban en conexión. Me enseñaron una mala foto del etarra Cubillas, sacada de internet, y les dije que podía ser él. Al cabo de dos horas, siendo evidente que no había ido a por los etarras,  me dejaron, no sin antes romperme el pasaporte separando las cubiertas de las hojas internas y limpiar sus huellas del teléfono y del ordenador. Me dijeron que si quería presentar denuncia, pero vista la estrecha relación con ETA y ante la inseguridad y la hora de salida del avión, dije que no, que ya le había dicho lo ocurrido.

La conclusión evidente era que la ETA  controla el aparato de la inteligencia bolivariana venezolana, que "se limita a cumplir con su deber".

Para no dar cuartos al pregonero y no hacer de altavoz a los Etarras y el SEBIN, el asunto se mantuvo en silencio a pesar de que una web de ETA empezaba a publicar parte de mi documentación. El viernes 18 sobre las 20,30 el periodista Antonio Rubio de El Mundo consiguió mi teléfono y me puso un mensaje para que me pusiera en contacto con el. Sin poder contactar con la Gaceta, y ante la urgencia surgida de la posibilidad de que sirviera de altavoz a ETA/SEBIN, contesté a las preguntas de Rubio, no sin advertirle al inicio de nuestra conversación de que la fuente era una web de ETA y que no convenía sacar el tema. Su contestación fué que el tenía otra fuente (puede que sí pero su fuente bebía de la única fuente ETA/SEBIN). Después de contestar a todas sus preguntas abiertamente -yo grabé mis respuestas- me dijo  que era de Melilla. Me sorprendió y alegró no ver la noticia el sábado pues pensé que mantenía la discreción.

Sin embargo su artículo aparecía el domingo y contenía una serie de falsedades -quizás provenientes de otra de sus "fuentes de investigación"-. Buscando ETA  a  través de sus webs una respuesta a mi viaje mencionaban al CNI. Falso todo lo relativo al CNI  (familiar, interrogatorio, trabajo, valoración) de El Mundo sea cual sea su fuente. Después ponía en duda  mi versión -que es la única verdadera- poniéndome en el mismo platillo que ETA/SEBIN, dando con ello apoyo a Chávez en su lucha contra la oposición venezolana. Falsa mi visita a Valencia (Venezuela) que no conozco ni he visitado nunca y falsa mi relación o entrevistas con la oposición.

En resumen, intoxicación y búsqueda de información por parte de ETA y de la inteligencia política de Chávez, echando el anzuelo en las webs.

La situación no fue cómoda allí pero sobre todo aquí, donde la familia, a la que alerté al arrancar el autobús, sufrió ante mi posible desaparición. Además de la amenaza allí, aquí la desinformación de ETA, vía el Mundo, ya ha surtido efecto y me ha causado algún problema.

Vicente Díaz de Villegas