Por el contra, el programa Eurofighter, en el que participa España a través de Cassidian, está atravesando un duro momento tras no conseguir captar nuevos clientes en Asia y Oriente Medio y ver como concursos internacionales importantes, como el convocado por Corea, eran adjudicados a rivales como el F35. Un duro revés para el caza de combate europeo que, si no consigue nuevos contratos, finalizará su producción en 2014. Tampoco ha sido un buen año para la multinacional española Navantia. Presente en más de 50 concursos internacionales tras la entrega del segundo barco multipropósito a Australia, a finales de año, sus astilleros se quedan sin apenas carga de trabajo a la espera de nuevos grandes contratos. Entre ellos destaca la adjudicación de la fabricación del nuevo barco multipropósito (LHD) turco, esperado durante todo el año y que no acaba de llegar. A pesar de que el barco se ensamblará en suelo turco Navantia realizaría las labores de ingeniería y suministraría muchos de sus sistemas.
Frente a estas malas noticias, Navantia sí ha conseguido unos buenos resultados en su negocio de mantenimiento tanto para buques civiles de pasajeros como militares. El contrato más importante ha sido, sin duda, el firmado con la US Navy, por 190 millones de dólares, para mantener sus cuatro destructores de la clase Arleigh Burke que estarán basados en Rota integrados en el escudo antimisiles. La gran operación comercial del año ha sido la compra a Bankia del 20,1% de la multinacional Indra por parte de la Sociedad de Participaciones Industriales (SEPI), convirtiéndose en su accionista mayoritario. Con esta operación la SEPI apostó por la estabilidad de una compañía estratégica para España. Como curiosidad, uno de los dos nuevos consejeros de la SEPI en Indra, Adolfo Menéndez, ex subsecretario de Defensa en la época de Eduardo Serra, ha sido nombrado en diciembre nuevo presidente de la mayor asociación de la industria española de Defensa, Espacio y Seguridad, TEDAE. Sustituirá desde enero al ex ministro de Defensa y Sanidad, Julián García Vargas. Por parte del Ministerio de Defensa dos han sido las grandes noticias que han afectado a la industria española. Por un lado la actualización de las funciones de la Oficina de Apoyo Exterior (OFICAEX), con el objetivo de "profundizar el impulso al sector industrial nacional de la defensa, apoyando su esfuerzo exportador y facilitando su crecimiento en los mercados internacionales", según la instrucción del secretario de Defensa, Pedro Argüelles. Así, además de apoyar a la exportación, la oficina es la encargada de coordinar las actuaciones de Defensa con otros sectores de la Administración y de buscar la exportación de material excedente de los Ejércitos. En el 2013 también quedan algunas malas noticias para el sector industrial español como la imposibilidad de cerrar la venta del portaaviones Príncipe de Asturias de la Armada, que fue dado de baja el 13 de diciembre, la de los F1 Mirage del Ejército del Aire a Argentina o la de los carros de combate Leopardo 2E a Perú. Operaciones que aún están en marcha. Tampoco hay que olvidar el principal ERE acometido por una empresa del sector de Defensa en España, Santa Bárbara -de General Dynamics- que supuso el despido de 593 operarios, lo que supone el 40% de su personal, con el fin de garantizar la viabilidad de la empresa. Frente a estas malas noticias también ha sido un buen año para compañías como Expal que han incrementado su negocio con importantes acuerdos en Australia o Italia y nuevas áreas de negocio como la desmilitarización de zonas minadas, la multinacional española aeroespacial GMV o Tecnobit, entre otras muchas. Precisamente, 2013 fue el año en el que se ha consolidado la gran feria española de la industria de Seguridad y Defensa, Homsec, con más de 8.000 asistentes y un centenar de compañías presentes y que ya prepara la edición de 2015. España también ha dado pasos importante en el sector de la ciberseguridad. Además de aprobarse en diciembre la primera Estrategia Nacional de Ciberseguridad a principios de año se creó el Mando de Ciberdefensa, dirigido por el general Carlos Medina, y muchas compañías españolas han mostrado un crecimiento fuerte en este sector, uno de los que más protagonismo tendrán en los próximos años. De hecho, Telefónica ha presentado en diciembre su nueva compañía de ciberseguridad, Eleven Path en un evento que contó, entre otros expertos, con el conocido hacker mediático Chema Alonso, consejero delegado de la empresa y una referencia mundial en este campo.
¿Y cómo encara la industria española de Defensa el 2014? Pues, según ha constatado Ateneadigital a través de varios ejecutivos del sector, con mucha preocupación debido al nuevo recorte presupuestario del Ministerio de Defensa. Y es que para el próximo año la cartera de Pedro Morenés dispondrá de 5.742,94 millones de euros, 191 millones de euros menos que en 2013. "Una cantidad similar a la dotación del año 2000", explicó Morenés, que subrayó que, desde 2008, su Departamento "ha perdido un tercio" de su presupuesto. Eso sí, en esta cantidad no está incluída la partida para las misiones en el exterior y el crédito extraordinario, estimado en unos 800 millones de euros, que será necesario para afrontar este año los pagos a las empresas de la industria del sector.
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