La semana y el año concluyen con la polémica despertada por las tensas declaraciones de Turquía e Israel sobre las compensaciones por el asalto a la flotilla turca Marmara. Sin embargo, de manera más desapercibida, esta semana pasada terminaba también otro éxito de la nueva estrategia política exterior turca en la zona. El jueves pasado, conluía en Estambul una nueva cumbre de la ECO (Organización de Cooperación Económica), una muestra más de cómo, a pesar de las sanciones y la presión internacional, Turquía e Irán, tienen muy claras sus aspiraciones de potencias regionales.
La ECO fue fundada por Irán, Turquía y Paquistán en 1985, con el objetivo de promover el comercio y el desarrollo regional. Actualmente sus estados miembros son Afganistán, Azerbaiyán, Irán, Kazajistán, Kirguistán, Pakistán, Tayikistán, Turkmenistán, Turquía y Uzbekistán. Con su sede en Teherán, la organización pretende hacer frente a las sanciones, y a la crisis de la zona con Occidente, uniendo y promoviendo más que nunca los lazos en la región. El miércoles, antes de terminar la cumbre, Ahmadineyad aprovechó la ocasión y se reunió con su homólogo Tayyip Erdogan para discutir varios asuntos, y entre ellos, preparar el próximo encuentro que dentro de un mes tendrá lugar en Estambul. En éste próximo encuentro, Irán discutirá con las principales potencias mundiales su plan de enriquecimiento de uranio y la verdadera cita donde Turquía e Irán podrán demostrar su influencia en la zona.
La cumbre de la ECO ha demostrado que las intenciones de Turquía, a pesar de cultivar sus relaciones con Europa, siguen mirando hacia sus vecinos asiáticos, y ha pretendido como anfitriona de la cumbre dar una clara muestra de su influencia creciente en los asuntos de la zona. El encuentro fue también una buena ocasión para conocer al nuevo ministro de exteriores iraní, Ali-Akbar Salehi, ya en su cargo después de su polémico nombramiento, incorporado de lleno en su agenda internacional. Ahmed Davutoglu, ministro de exteriores turco, comentó que el encuentro es una muestra de la visión euroasiática que Turquía tiene. El objetivo turco, agregó, es el de fortalecer los lazos entre Europa y Asia a través de la canales de energía y transporte, y a su vez crear nuevas dinámicas de cooperación.
En esta ocasión, Turquía también expresó su disponibilidad para ser mediador en el conflicto sobre el polémico programa nuclear persa y que mantiene en vilo a Occidente. No obstante, son muchos los analistas que no acaban de ver claro el papel mediador de Turquía, y dudan de su imparcialidad absoluta. Ante Occidente, se presenta como la opción moderada del islam, pero ante su vecino persa y sus vecinos de la región, no acaba de tener una postura clara y neutral. Una política que se ha caracterizado por no apoyar siempre las sanciones internacionales a Teherán y arropando al régimen persa con grandes recibimientos, dándole un protagonismo en la región, que Occidente quiere minar. Como ejemplo, tan sólo cabe recordar en junio, cuando Turquía junto a Brasil, votó en contra de la nueva ronda de sanciones propuesta por Estados Unidos y sus aliados en la ONU.
En este contexto de cooperación y de relaciones económicas bilaterales crecientes, que alcanzan ya los 10.000 millones de dólares, no parece ser que el aislamiento iraní este dentro de los planes turcos. En la última cumbre de la ECO, no sólo se han discutido temas económicos, y se han realizado también reuniones claves en temas de defensa y seguridad, con relevancia para toda la región. Por ejemplo, se han realizado reuniones entre Turquía, Afganistán y Pakistán, donde se han discutido y acordado los detalles de unos ejercicios militares conjuntos para reforzar los lazos de confianza entre Islamabad y Kabul. Las maniobras militares tendrán lugar en Abril de 2011, en una localización al sur de Estambul, pero aún quedan muchos detalles por conocer y confirmar. Esta importante maniobra militar, es tan sólo otra iniciativa turca más para rebajar tensiones entre las zonas fronterizas de estos dos importantes países, tan claves para la estabilidad de la región, y aumentar su protagonismo en la zona, también en el campo militar.
En conclusión, la tendencia turca a buscar una doble diplomacia en la zona parece bastante extendida dentro del programa de relaciones exteriores del país. La última reunión de la ECO ha valido para dejar claro y demostrar a Occidente, el buen estado de las relaciones turcas con sus vecinos de la región. Cualquier ocasión es buena para demostrar el liderazgo de Ankara, quien ve cómo, poco a poco, con un Irán más aislado que nunca por Occidente, su capacidad para mover la balanza y jugar un protagonismo en la región está más cerca que nunca.

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