Brasil adjudicó la semana pasada a la empresa sueca Saab el suministro de 36 cazas Gripen-NG para sus Fuerzas Aéreas. El viernes, el vicepresidente de la compañía, Lennart Sindahl, visitó Brasilia para las primeras reuniones con las autoridades del Ministerio de Defensa brasileño. Allí aprovechó para confirmar que además se creará una sociedad de producción entre la empresa y el país, el cual podrá exportar los aviones al resto de América Latina, Asia y África. "Si juntamos fuerzas con Brasil, el Gripen-NG no será sólo para el mercado brasileño, sino también para la exportación", explicó Sindahl en rueda de prensa. Se trata de un negocio que rondará los 4.500 millones de dólares.
Lennart cree que esta "sociedad de producción" es una oportunidad para aprovechar las "buenas relaciones que este país tiene con América Latina, África y los países asiáticos". Para fabricar los aviones que Brasil exportará, se levantará una planta en la ciudad de Sao Bernardo do Campo. En la licitación, la quinta generación de los Gripen-NG de Saab se impuso a los cazas Rafale franceses y a los FA-118 Súper Hornet estadounidenses.
El contrato entre Saab y Brasil no se firmará hasta finales de 2014, y los primeros aviones se entregarán a partir de 2019, a razón de doce por año. Lennart reveló que, una vez cumplido ese primer encargo, la producción continuará con la meta de que Brasil adquiera otros aviones y que el Gripen-NG sea exportado desde el país latinoamericano.
Aunque por el momento, del Gripen-NG de quinta generación no hay más que un prototipo con 300 horas de vuelo a sus espaldas, Sindahl garantizó que no se trata de "un plano" ni de un "avión de papel", ya que forma parte de una "familia" que se desarrolla y opera desde hace treinta años.