El pasado miércoles 30 de octubre, dos aviones rusos Tupolev Tu-160 en ruta de Caracas -Venezuela- a Managua -Nicaragua- entraron sin permiso en el espacio aéreo colombiano, y volvieron a hacerlo el viernes 1 de noviembre en la dirección opuesta. Mientras que el miércoles se permitió la intrusión, el viernes "Un avión de inteligencia los detecta nuevamente, acompaña su desplazamiento en territorio colombiano y en consecuencia dos aviones Kfir interceptan estas aeronaves y las invitan, de acuerdo con todos los protocolos internacionales, a salir de nuestro espacio aéreo", en palabras del ministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón.
El comandante de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), el general Guillermo León, explicó que los aviones rusos tenían desactivado el transpónder -un sistema que envía señales a los radares y permite su identificación-. La interceptación por parte de los aviones Kfir colombianos tuvo lugar al norte de la ciudad de Santa Marta, en el Caribe colombiano, a 60 millas -96,5 km- de la costa. "Tras la interceptación se siguen los protocolos establecidos, que son la llamada por radio, la ubicación en las posiciones laterales de las otras aeronaves y se escoltan hasta que abandonan territorio colombiano", agregó León.
Los Tupolev Tu-160 se cuentan entre los aviones rusos más avanzados tecnológicamente, y por lo general transportan carga nuclear. Tras el incidente, la cancillería colombiana ha enviado dos notas de protesta a Rusia. Su agregado militar "manifestó no conocer el hecho", dijo Pinzón.
De acuerdo a Pinzón, la FAC "manejó apropiadamente la situación minimizando la posibilidad de una situación crítica, pero al mismo tiempo demostrando la capacidad que hoy tiene Colombia para proteger nuestra soberanía". Pinzón también afirma que el incidente "causó extrañeza" a las autoridades colombianas, que contactaron al agregado militar de Rusia para informarle del incidente, pero el diplomático "manifestó no conocer el hecho".