En su intervención ante la Asamblea General de NNUU, el presidente Santos enfatizó que "ha llegado la hora de las decisiones", lo que fue interpretado por el líder de las FARC como una imposición inadmisible. En una carta pública Timochenko rechazó lo que considera imposiciones unilaterales, tales como la presión sobre los plazos, el Marco Jurídico para la Paz, y el refrendo popular al eventual acuerdo de paz coincidiendo con las elecciones; además anunció que, ante la actitud gubernamental, había autorizado a su equipo negociador para que elabore un informe al pueblo colombiano sobre el desarrollo de la Mesa de La Habana. Hasta aquí nada nuevo salvo lo del informe que fue inmediatamente replicado por el jefe del equipo gubernamental, H. de La Calle, afirmando que no acepta amenazas y recordándole la confidencialidad que se acordó antes de sentarse a la Mesa. Para añadir más leña al fuego, el ex presidente Uribe se preguntó qué se esconde bajo la Mesa; en tanto que otro ex presidente, Pastrana, pedía grandeza a Santos y que no se presentase a la reelección. El ex ministro O.I. Zuloaga, fundador con Santos del Partido Social de Unidad Nacional (la U), se daba de baja en el mismo por sentirse engañado "por un gobierno centrista que promete pero no ejecuta, que derrocha publicidad y burocracia, y que abandonó la seguridad democrática". Por último, F. Santos, primo del presidente y compañero de cartera en el gobierno de Uribe, lo descalificaba públicamente y anunciaba su candidatura presidencial de la mano de Uribe. Todo esto en medio de una enorme huelga y movilización campesina que se ha saldado con numerosas bajas y en puertas de una movilización indígena, lo que unido al descenso de Santos en las encuestas ha envalentonado a las FARC y endurecido sus tradicionales reivindicaciones que se resumen en su exigencia de negociar de igual a igual. "Debe prevalecer el principio de igualdad" enfatizaba I. Márquez. Las FARC hicieron la sugerencia de que una comisión de congresistas visite La Habana para informarse directamente del desarrollo de las conversaciones; el gobierno ha aceptado la propuesta y en estos momentos se está consensuando con los partidos. Esta visita oficial será un suma y sigue al rosario de políticos que están practicando el llamado "turismo de paz", ya que viajan a Cuba privadamente disfrazando con la etiqueta de turismo su verdadera intención de hablar con el equipo negociador de las FARC. El procurador general ha tomado cartas en el asunto y el gobierno está decidido a controlarlo porque distorsiona seriamente la marcha de las conversaciones. Donde sí debe tener peso, a corto plazo, el Congreso es en el proyecto de ley para el refrendo popular que pretende realizar el gobierno coincidiendo con la elecciones legislativas (marzo) o presidenciales (mayo); para ello el acuerdo debe estar listo en enero o febrero. Con este escenario el tema de los plazos que se autoimpuso Santos se antoja imposible cuando solo se ha cerrado el primer punto de la agenda. A mayor confusión, la Mesa Nacional de las Víctimas ha expresado su preocupación por la posible reducción de un 45% en el presupuesto para resarcirlas y solicitan su presencia en la Mesa de La Habana cuando se discuta el punto 5 de la agenda, sobre las víctimas. A pesar de todo, el pasado día 3 se inició la decimoquinta ronda de las conversaciones sin declaraciones por parte del equipo gubernamental. El que sí lo hizo fue I. Márquez quien informó que el proceso va lento porque se ha variado el orden de los temas a discutir sin especificar más, que han presentado 88 propuestas mínimas sobre participación política, y que "hay una 55 cuartillas de acuerdos parciales, aunque son acuerdos modestos"; pero no lo parecen tanto cuando afirmó que en el tema agrario el gobierno ha suscrito compromisos importantes como que "serán adjudicados títulos de propiedad a todos los campesinos que poseen tierras de hecho" o la actualización del catastro. Reiteró el rechazo de las FARC al refrendo popular y al Marco Jurídico para la Paz ya que "de nada sirve la unilateralidad" y el Estado carece de legitimidad para ser juez al haber reconocido su parte de responsabilidad en el conflicto; volvió a exigir la convocatoria de una Asamblea Constituyente y la creación de una Comisión de la Verdad formada por expertos nacionales e internacionales. En los últimos días ambos interlocutores han bajado el nivel de sus manifestaciones. Timochenko se entretiene en comunicados de prensa y el presidente Santos ha dicho que tendrá tranquilidad si fracasa el proceso porque no se ha cedido ni un centímetro del territorio nacional, "estamos haciendo todo lo posible para aprovechar la ventana de oportunidad que tenemos", "si llegamos a acuerdos será puesto a consideración de ustedes, del pueblo colombiano, para su aprobación", sin mencionar el controvertido referendo como ha venido haciendo hasta ahora. En este escenario parece una quimera alcanzar un acuerdo de paz antes de las elecciones y como quiera que "nada está acordado hasta que todo esté acordado" la gran incógnita es si el nuevo legislativo y el nuevo presidente continuarán el actual proceso, lo que únicamente parece posible si Santos es reelegido con mayor respaldo del que aparece en las encuestas. En las últimas semanas no se han producido enfrentamientos armados lo que hace presumir que los equipos negociadores han alcanzado algún acuerdo puntual para implementar el alto el fuego que venían solicitando las FARC desde el inicio de las conversaciones. Si es así, bienvenido sea. * Manuel González Peña es Coronel de Infantería y ha sido Otros artículos del autor
|
|
| ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||