"El tiempo entre costuras", Beigbeder y los errores de su uniforme

Esta serie televisiva es la primera que sigo con interés desde hace mucho tiempo. ¿La razón? Su muy cuidada ambientación en exteriores e interiores, la interpretación, la fotografía y la trama contrastan con otras de los últimos tiempos. Sin embargo, en lo que se refiere a la aparición de personajes militares, tampoco puedo, como en las restantes, darle el aprobado.

En todo producto audiovisual que ofrece cuidadosos relatos del pasado, la ambientación es fundamental para hacerla creíble. ¿Para qué, sino, hacer un relato histórico? Sería más cómodo, para liberarse de los problemas que aparecen en la creación de las escenografías adecuadas, situar la trama en el momento actual y así las calles y las casas serían las actuales, así como la indumentaria y las formas de expresión. Y también los uniformes de los militares que aparecieran.

Pero, por lo que se ve prácticamente siempre, resulta muy difícil ver reconstruidos con un aceptable nivel de rigor los personajes militares de las tramas. Lo que se desprende es que, o bien no se concede suficiente atención a esa parte de la producción, amparándose en que a nadie le va a importar cómo vaya vestido un personaje histórico y real como el militar Beigbeder de la serie emitida en Antena 3, o que, documentándose previamente, sólo se haya alcanzado un nivel muy por debajo de lo que realmente se puede.

Mayor es el contraste en "El tiempo entre costuras", en la que se ha hecho un magnífico y elogiable esfuerzo en el vestuario de las actrices, porque en su último capítulo hemos visto detalles de uniformes militares que no corresponden a la época, condecoraciones que no llevaba el personaje histórico y que, además, estaban mal colocadas, como en otro personaje secundario.

La deficiente representación de los militares no es una cuestión de falta de dinero, pues hacer o alquilar una guerrera de las que han sido reglamentarias en el Ejército, o colocar los distintivos y condecoraciones correctos, debe de costar lo mismo. Pero representar a Beigbeder con la banda y la placa de la Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo, cuando sólo era teniente coronel constituye un error de consideración, fácilmente subsanable. La banda con la que este personaje aparece en fotografías de la época era de otra condecoración, perfectamente conocida, y que le fue concedida aunque no fuera general.

Todos estos detalles históricos quedarían perfectamente llevados a la práctica si las productoras hicieran un esfuerzo en lograr el asesoramiento de expertos en estas materias.